SEÑOR TEPATITLÁN
Han pasado 29 años desde que
llegué aquí; a usted, un 29 de abril, se encontraba de fiesta, celebrando al
Señor de la Misericordia, su Santo Oficial. Yo no lo sabía, años después supe
que mi nombre era en Honor a su fecha y a él.
Ya pasaron muchos años desde
que pisé su tierra roja por primera vez, fue algo único. Esa tierra labrada por
muchas manos trabajadoras antes de que yo llegara.
Soy feliz desde esa vez que
llegó a mi vida, o yo llegué a la suya, pero fui afortunado. Le platicaré mi
historia, y lo que usted ha sido para mí; Señor Tepatitlán.
Sr.
Tepatitlán, esta carta es para usted. Hoy quiero simplemente agradecerle por
ser mi Municipio, mi Ciudad. Por haberme seleccionado para ser parte de usted, como
uno de sus hijos. Hoy quiero decirle que me siento orgulloso de haber nacido
aquí, en esta maravillosa tierra, llena de biodiversidad, tierra llena de
sueños y trabajo, tierra bien representada.
Gracias
Sr. Tepatitlán por lo que me regala cada día, las vistas de sus calles, sus
templos, los atardeceres, los lugares naturales,
los climas tan perfectos, me hace soñar, me hace creer en que podemos ser mucho
más grandes de lo que somos. Usted me da la esperanza de que hay un buen futuro
para el que trabaja, para el que sueña en ser alguien más, Señor. Gracias por
las mujeres que nos regaló, ya que sin duda son mujeres hermosas, ¡Las más
hermosas! llenas de un corazón valiente, llenas de amor, trabajadoras, con una
esencia especial. Es increíble despertar cada día y ver los ojos Alteños de cada
una de ellas por sus calles, me hace sentir que estoy en el paraíso terrenal.
Usted me envuelve con sus aromas, con sus sabores y sus tradiciones, la birria, el menudo por las mañanas, sus tacos de gran variedad, sus tamales con caldo y sus hamburguesas por las noches, sus cócteles de camarones, y cervezas con caldo los domingos por la mañana, su capirotada y tortas de camarón en cuaresma. Miles de mágicas recetas desde la abuela, sabores únicos. El tequila un sueño hecho realidad, hecho en la tierra roja, la tierra del tequila ese de los Altos de Jalisco tan afamado ya; en donde creamos el mejor del mundo. Lo llevo en el paladar, lo llevo en la piel, lo llevo en el corazón y lo presumo a donde voy.
Sus tradiciones nos representan: sus ya famosas
fiestas de Tepabril, sus serenatas los jueves y domingos por la noche en
nuestra Plaza de Armas, donde los niños juegan, los enamorados se enamoran más
y nuestros viejos charlan y pasan una tarde familiar. Nieves de yogur, elotes
con queso, churros azucarados, las papas con ensalada, el sabor de las tardes.
Y sus Tradiciones, esas que la modernidad no le roban y siguen siendo parte de
usted, y son respetadas por parte de cada uno que vive aquí.
Gracias por darnos Charros y Escaramuzas, Deportistas élites, Artistas, Empresarios y mucha gente que cada día levanta su nombre con orgullo en cualquier lugar.
Es
usted una ciudad trabajadora, llena de empresas, emprendedores que nos han
posicionado en el gigante que somos a nivel Regional, Estatal y Nacional como
grandes productores de huevo, agave, pollo, cerdo, textiles, gastronomía,
hotelería y muchos más.
Señor Tepatitlán, gracias por la Historia de nuestros Cristeros que representaron nuestra religión hasta morir, por nuestra fe, esa que nos representa como un pueblo espiritual y religioso. Múltiples obras de arte llamadas Templos y Parroquias, su Arquitectura natural.
No hay dos como usted, dice la canción de
Vicente Fernández, que no hay sol que brille mejor, y no hay uno mejor que el
que alumbra sus cerros, sus calles y su arquitectura.
Me gusta recorrer su Mercado, lleno de olores y
colores mexicanos, el alma de una ciudad, me gustan sus chocomiles, me gusta
llevar a la abuela a comprar su mandado a sus fruterías, carnicerías, donde en
cada lugar te reciben con una sonrisa, esa sonrisa pintoresca de la gente que
vive en usted.
Y es por eso y millones de cosas que usted saca
mi sangre y mi orgullo por ser de Tepatitlán.
Gracias por abrazarme, por hacerme parte de
usted.
Permítame decirle señor Tepatitlán que ha sido, es, y será un orgullo y un placer ser uno de sus hijos.
Permítame decirle señor Tepatitlán que ha sido, es, y será un orgullo y un placer ser uno de sus hijos.
Lo llevare por siempre en mi corazón, sin importar a donde me lleve el destino, no lo cambio por nada, gracias a los que han hecho de usted lo que es, gracias a los Cristeros que lucharon por su Dios.
¡Somos grandes entre grandes!
¡Es usted el pueblo que parece ciudad!
¡Donde se dice, “Bien mucho” sin pensar!
¡Qué
bonito eres Tepatitlán!
Y
en mi corazón siempre lo voy a llevar.
"Señor Tepatitlán”
Jesús Vargas.
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